lunes, 16 de abril de 2007

Una noche de primavera...

Perdida en el firmamento brilla una estrella... Observa mis pasos sobre la arena a la espera de que alguna ola la borre con mayor rapidez con la que yo los pude dibujar. Aunque alguna nube dispersa tape durante algún segundo mi imagen de su retina, espera pacientemente volver a visualizar mi camino.

En su corazón vive la soledad, pero se ve acompañada por mi persona, por mi presencia. Aunque esté tan lejos de sus manos y no pueda sentir mis caricias, pero se conforma con poderme ver cada vez que decido andar sobre los granos de arena que forman la playa. En cambio yo sé que está ahí siempre que la necesite. Ofreciéndome su luz, su calor, su amor... Pero mi vida es mortal y ella es eterna, perpetua y duradera más allá del tiempo y del universo... Aún así, según los cíngaros, a nuestra muerte nuestra alma pasa a formar una estrella en el firmamento.

Cuando ese día llegue, espero ocupar un lugar cerca de ella, para podernos sentir y acompañarnos hasta el final de los tiempos... Mientras tanto me conformo con tenerla ante mí al tumbarme sobre la arena húmeda y mirarla mientras el mar mece mis sueños, anhelos e ilusiones... A su vez ella me muestra su mejor cara, al dibujarse en mi una sonrisa por su cálido corazón y alma pura...

1 comentario:

Unknown dijo...

Las noches de primavera son mis preferidas. Me gustaría vivirlas en un lugar tranquilo, donde, saliendo con una tumbona al aire libre,o sobre el cesped, pudiera también mirar al cielo o al horizonte. Mirar siempre hacia arriba o hacia adelante... Pensar en que despues de unas horas, todo ese panorama se ocultará tras la luz y será entonces cuando me encuentre con una nueva oportunidad para levantarme y cumplir mis sueños. Mis sueños son sencillos, no debería ser dificil llegar a cumplirlos. Pero todo tiene su dificultad, ese es nuestro reto. El tuyo, tal vez, llegar algún día a acompañar a esa estrella. El mio, tal vez, ser acompañada por ella. Me gustan las noches de primavera.