Una tierra, donde el sol nace y muere en el mar. Es aquélla que pide su retina por destierro. Mira al agua que le ofrece un reflejo de deseos y escucha la verdad en los silencios.
La lluvia cae en sus manos mientras permanecen inmóbiles a la espera de volver a tocar una piel que ahora no siente.
Cada instante era su corazón el que se entregaba, aunque ahora espera que su miedo a perder se vaya.
Las olas le acercan recuerdos y el viento palabras que trenzan lo vivido en el pasado. Plasmando en su mirada cada noche que ha esperado y en su rostro las marcas de otro tiempo.
Su frío e inerte cuerpo consigue finalizar su camino, quedando escrita en un recóndito rincón de su corazón la palabra esperanza...
No hay comentarios:
Publicar un comentario