Acompañando al tiempo que se mueve por el espacio indiferente y pausado a la espera de un nuevo día, un nuevo sol, una nuevo giño, que recuerde la calidez de un sentir.
Cada instante nace algo nuevo en mi interior. Recogiendo y haciendo mías nuevas sensaciones y conocimientos, actuando ante el pasar de pensamientos como una discípula ante su maestro. Este es mi testigo ante un renacer, una innovación de arte, una nueva expresión...
Vientos susurran
sobre los mares de sal
la eternidad.
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